Una tarde de invierno en el Cat Café Prague

Ya lo dije muchas veces y lo repito: hay dos cosas que amo, y son los gatos y los cafés. Desde la primera vez que me encontré con un cat café y esta particular combinación, no puedo evitar volver. En todas las ciudades que visito, siempre me fijo si, por una de esas casualidades, existe un café de gatitos. Praga no fue la excepción. A falta de uno, tienen varios, pero este tenía los mejores comentarios y estaba bastante de paso dentro de lo que veníamos recorriendo. ¡Y con qué café de gatos nos encontramos!

Este local se encuentra en la zona de Nové Město, en una calle muy pintoresca de casitas típicas y mucha tranquilidad, muy cerca del famoso edificio Dancing House (del que estuve hablando en Instagram). La realidad es que ese 25 de diciembre, la ciudad se encontraba en un sopor muy natural del día de Navidad. Con el frío, todo formaba una combinación perfecta para tomar un café y disfrutar de la compañía de unos cuantos mininos.

Nos atendió un chico cuando llegamos y enseguida nos explicó cómo eran las reglas de este café, que resultó ser distinto a los que habíamos visitado anteriormente. Básicamente, acá se paga una tarifa fija por hora, y durante esa hora tenés vía libre para entrar a este café, y disfrutar de todas sus comodidades. Por 100 coronas checas —algo de 4 euros aproximadamente— podés pasar una hora en este lugar súper cálido, rodeado de gatitos y actividades. Además de contar con cartas, una xBox y varios juegos de mesa, hay una máquina de café, galletitas y algunas cosas para comer. Por el tiempo que estás ahí, tanto los juegos como los comestibles son libres. También hay bebidas frescas y caramelos, que uno puede servirse y llevarse a una de las tantas mesas repartidas por la sala principal. 

Después que nos explicaran como funcionaba, decidimos entrar. No cobran en el momento, sino que cuando salís, ya que si decidís quedarte más tiempo podés hacerlo (por un suplemento por exceso de minuto, una corona si mal no recuerdo). Te hacen dejar tus zapatos en la entrada y te dan unas pantuflas. Lo importante es no molestar a los gatos, lo dejan en claro desde un principio. También te piden que te laves las manos antes de acariciarlos y que no les des comida. Las fotos no son las mejores, justamente porque la idea es sacar sin flash para no molestar a los animales. Muchas incluso las tomamos directamente con el celular. 

Los gatitos son encantadores, al igual que el lugar. Es una casona grande, antigua, pero está todo muy bien ambientado, increíblemente limpio y con una estética muy moderna, como podrán ver. Sofás muy cómodos para sentarse a tomar algo, con los gatitos que van y vienen, duermen o intentan robarte la comida. También hay una sala con bebidas y cosas para picar, otra para jugar con la xbox y una sala para que los animalitos puedan comer tranquilos. En general nos gusto mucho el ambiente y la modalidad. No estás obligado a pedir, sino que podés sentarte ahi tranquilo, servirte lo que tengas ganas y hacer lo que te plazca (siempre y cuando no molestes a los gatos, obvio). Jugar al Uno, a las cartas, con los gatos, tomar café, leer… Podés disfrutar de un ratito de paz en el medio de la ciudad, rodeada de todos estos gatitos hermosos que tratamos de fotografiar (cuando nos dejaron).

Es uno de los cat cafés más encantadores con los que me encontré, y creo que es una gran modalidad para desconectar un ratito del turismo y, en nuestro caso, del frío. Sentarse, tomar algo, descansar y seguir con la marcha, después de aprovechar un rato de tan buena compañía.

Una tarde de Navidad en Praga en un lugar muy acorde. Recomendadísimo.  

La semana próxima, estaré subiendo una pequeña guía de nuestro presupuesto en esta increíble ciudad, con opciones para comer, dormir y conocer.

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Comments

    • Gabi Mendicoa
    • 20 abril, 2018
    Responder

    Qué ganas de ir a un Cat Cafe me dieron al leer tu post! No he tenido la oportunidad de ir a ninguno en mis viajes… y con lo que extraño a mis felinos cuando viajo sería muy terapéutico!
    Muy lindo post!

    1. Dani Coccorullo
      Responder

      Muchas gracias!! Me pasa lo mismo!!! Es tan lindo tomarse ese tiempito para estar rodeado de gatos cuando uno está lejos de casa. Nostros fuimos al de Roma, y a los de Budapest y Bratislava (de los que todavía no escribí), pero este fue nuestro favorito 🙂

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