Terrazza Aperol: un Spritz frente al Duomo de Milán

Terrazza Aperol - PH: Daniela Coccorullo
Terrazza Aperol - PH: Daniela Coccorullo

Siempre digo que, aunque hagamos viajes de bajo presupuesto, siempre es justo darse un gustito de vez en cuando. Meses antes de visitar Milán, nos habíamos encontrado en internet con un local con una terraza con vista al Duomo. Como no teníamos mucho hambre y no había planes de sentarnos a cenar, decidimos ir temprano a tomar un aperitivo a la magnífica Terrazza Aperol, ubicada justo enfrente del gran ícono de esta ciudad italiana.

Este local se encuentra dentro de una especie de centro comercial pequeño, donde hay productos locales para comprar por precios que, obviamente, son acordes a la zona super turística donde nos encontramos. El local de Aperol está pasando por una escalerita, en una esquina que parece casi modesta. Algunas mesas en el interior, otras tantas en el exterior (que en invierno se encontraba cerrado). No hay demasiado espacio, por lo que asumo que por lo general, sobre todo en temporada alta, debe haber bastante cola. Nosotros tuvimos la suerte de que, al ser invierno y bastante temprano, había poca concurrencia y nos dieron una mesa cerca de la ventana, desde donde se ve el lateral del hermoso Duomo de Milán.

La propuesta en la carta es muy variada: hay muchísimos tragos de los que elegir (no únicamente con base de Aperol, sino también con otras bebidas alcoholicas). Además del Spritz clásico (que estaba buenísimo), perdimos el Aperol & Fruit, con pomelo y otras frutas, que estaba buenísimo. Además pueden ordenar Margaritas, Negronis, Daiquiris, Mojitos… La carta es realmente amplia. El valor de los tragos es de 12 euros (y si vuelven a ordenar, los tragos ya salen 8 euros), aunque los mismos vienen acompañados por una pequeña picada que incluye papas fritas y algunas tapas como pizza, pastas, muzzarella… No es un precio del todo económico, pero está bien teniendo en cuenta el lugar y la ubicación privilegiada, y la pequeña picada que está incluída con el trago. Es uno de esos gustitos que uno puede darse en un viaje más o menos gasolero.

Aunque nosotros nos limitamos al trago, hay muchas opciones para comer y los precios, si bien no son super económicos, no tienen valores disparatados. Se puede comer un sandwich o una ensalada por 8 o 10 euros. Los platos principales ya están de 16 euros en adelante. También pueden tomarse un café por 3 euros o un capuccino por 5. El servicio de mesa es de 1 euro, con la cesta de pan incluída.

Con el paso del tiempo el local se empieza a llenar un poco más y el ambiente se vuelve un poco menos tranquilo, pero no por eso desagradable. Las luces tenues y la decoración en si es muy acogedora y dan ganas de quedarse un rato más.

Después de terminar de comer y de pagar, le pedimos a uno de los mozos si podíamos salir a la terraza a sacar una foto y disfrutar la vista. Sin problemas, nos dejó pasar y nos permitió admirar la magnífica vista del Duomo iluminado y la ciudad al caer la noche. Es otra de las postales que me traje de Milán en la memoria. Es un rincón bello y, a pesar del frío, daban ganas de quedarse en la terraza y simplemente seguir observando desde arriba una de las ciudades que más me cautivaron de Europa.

Les dejamos la carta de tragos del local para que puedan chusmear todas las variedades de aperitivos y hacerse una visita a uno de los locales con la mejor vista de Milán.

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