Algunas cosas que aprendí después de organizar mi primer viaje

Avión de Air France sobrevolando los Alpes Suizos - PH: Daniela Coccorullo
Avión de Air France sobrevolando los Alpes Suizos - PH: Daniela Coccorullo

Durante el año pasado, y después de algunas experiencias con agencias de viajes que no fueron lo que esperaba, empecé a organizar todo por mi cuenta. Al principio puede ser un poco abrumador y era lógico que algunas cosas pudieran salir mal, pero de los errores se aprende y creo que está bueno poder compartirlo.

Después de conseguir pasajes para Europa a buen precio, tenía cuatro meses para organizar mi estadía de un mes en el viejo continente. Querés conocer todo, y no sabés por dónde empezar, y no sabés qué hotel sacar, cómo viajar… Y una larga lista de etcéteras. Lo sé. Parece que no vas a terminar nunca.

Pero de a poco vas armando el camino. Queríamos recorrer Italia, así que empezamos a ver las ciudades por las que no podíamos dejar de pasar, otras que nos quedaban por el camino, y si teníamos cómo movernos. Empezamos a buscar alojamiento en base a cosas que íbamos leyendo; dándole importancia a la ubicación, los precios y el puntaje de cada lugar. Fuimos armando un viaje y lo soñamos incluso antes de irnos, sin movernos de casa. Es clave no pensar demasiado las cosas. Hay miles de rutas, de alojamientos, de lugares. Hay que decidir y no arrepentirse. Todo es hermoso y, de seguro, va a ser un gran viaje, aunque tengamos que resignar algunos destinos o comodidades.

Obviamente, como dije, uno va aprendiendo. Hoy en día, y con otro viaje por delante, sé que haría muchas cosas de otra manera.

Primero que nada, cometimos un error desde el vamos: sacamos alojamiento antes que estuvieran los medios de transporte disponibles. Es verdad que, en ciertas épocas, es necesario reservar con anticipación y que algunos medios de transporte no están disponibles hasta unos meses antes (tres meses, en caso de los trenes, por ejemplo). Pero muchas noches podríamos haber reemplazado el hotel por un viaje nocturno, o podríamos haber sacado un hotel sin desayuno ya que en algunas ocasiones, saliendo muy temprano nuestro micro/tren/avión, ni siquiera pudimos disfrutarlo. Si van a hacer trayectos largos y van con un presupuesto más bien reducido, lo mejor que pueden hacer es ver si tienen alguna forma de ahorrarse esa noche y aprovechar para viajar. El transporte, por lo menos en Europa, es muy cómodo y se puede descansar sin problemas.

Otro error fue la distribución de días. Sí, la realidad es que todos queremos conocer todo cuando viajamos. Pensamos que no vamos a volver ahí, que ya que estamos podemos viajar un poco más, que “bueno, pero cómo no voy a pasar por X lugar”. Mala idea. En un viaje tan largo, ir moviéndose de un lado al otro a veces puede ser agotador. Por descontado, no se llega a conocer mucho. Si van a recorrer pueblitos o lugares pequeños, lo mejor que pueden hacer, en todo caso, es “base” en un lugar, y de ahi recorrer todo en el día sin equipaje, y sabiendo que no van a tener que andar trasladándose, haciendo check-ins, check-outs y demás.

Además, el tema equipaje. Viajamos en invierno, y lamentablemente es una época en la que uno, sin poder evitarlo, tiene cosas en la valija que ocupan más lugar: pullovers, medias, gorritos, bufandas… Aunque no queramos, nuestro equipaje va a ocupar más que en vacaciones de verano. Sin embargo, tenemos que aprender a escatimar con las prendas que llevamos: nosotros teníamos un montón de ropa que, al final del viaje, nos dimos cuenta que habíamos sacado a pasear nada más. Traten de llevar lo justo y necesario: un par de camisetas, dos pantalones, ropa térmica… En alguna de las ciudades, dependiendo del tiempo que se vayan, pueden pasar por una lavandería y renovar su vestuario. A nosotros en Florencia nos salió 8 euros, y todo nuestro equipaje quedó como nuevo. Viajen lo más ligeros posibles. Sobre todo si piensan tomar vuelos low-cost. Si van en grupo, llevar una sola valija para dos puede ser también una opción. También averigüen los precios a donde están yendo: a veces por ahí nos conviene comprar algo por el camino en lugar de llevarlo desde casa, y evitamos así cargarlo durante una parte de nuestro viaje.

Anotar los gastos es otra de las cosas que no hicimos, y que deberíamos haber hecho. Hoy en día hay muchísimas aplicaciones para celular (TripCase una de mis favoritas) que nos permiten guardar recibos, anotar totales y llevar un control de las cosas que consumimos durante el viaje. Esto hace que a la vuelta sea menos engorroso dividir gastos o pagar resúmenes de tarjeta, cosas que durante el viaje no nos preocupan en lo más mínimo (hasta que llega el resumen, ¡auch!).

Recomiendo también comprar un chip para el celular que funcione en Europa. Hay muchas empresas que los venden en los aeropuertos o terminales, o incluso servicios como HolaSim que pueden comprarse por internet. En algunas situaciones, tener acceso a internet, whatsapp, un buscador puede ayudarnos muchísimo, sobre todo si estamos en un país donde no entendemos ni jota del idioma.

También, sin embargo, tuvimos muchos aciertos en un montón de cosas, que de la misma forma nos van a servir para aplicarlos nuevamente en nuestra próxima travesía.

Si van a hostel y es un viaje largo, de vez en cuando contraten una habitación privada y con un poquito más de lujo. En el medio del camino, si pueden descansar mejor, comer un buen desayuno y tener un poco de privacidad, eso te da energías para seguir adelante. Siempre chequeamos en comentarios o reviews temas de calefacción y agua caliente, ya que en la época que viajamos era indispensable que eso funcionara bien. No está de más chequear que todo lo que prometen los hoteles/hostels funcione como corresponde. Si tienen alguna referencia de algún conocido, aún mejor. Muchas veces las cosas no son como las vemos en los anuncios o los sitios webs, pero los comentarios de la gente por lo general suelen ser muy acertados.

Viajar en micro resultó no sólo una opción económica, sino también muy buena. Ya en algún momento contaré puntualmente la experiencia con Flixbus, pero fue una buena sorpresa encontrarnos con tan buen servicio. Nos limitamos a tren y micro, evitando aviones, y el resultado fue muy satisfactorio.

Llevar las reservas hechas desde acá también nos solucionó un montón de problemas. Aunque mucha gente prefiere sacar todo allá y ver el camino sobre la marcha, tener reservas nos facilitó mucho las cosas: ya sabíamos a dónde teníamos que ir cuando salíamos de las estaciones y qué teníamos que tomarnos. No tener que tomar decisiones durante el viaje también a veces nos permitió relajarnos, y no tener que andar pensando las cosas allá antes de llegar a un destino. Siempre pienso que todo lo que puedo solucionar desde acá es tiempo que gano allá para conocer y disfrutar, sobre todo en un viaje con los días minuciosamente contados.

Tener los mapas de Google descargados en el celular también fue otra decisión acertada. Saber en qué calle estábamos y las distancias que nos separaban de un lugar a otro fue, sin dudas, una gran ayuda a la hora de llegar a una ciudad, buscar un lugar o simplemente recorrer. Los mapas duran un mes descargados, así que bastó con bajarnos todo el día antes de viajar para estar preparados.

Pero sobre todo, un gran acierto fue animarnos a planificar nuestro viaje. La libertad y la realización de haber armado todo, de haber podido conocer y de quedarnos con los recuerdos de una ruta específicamente diseñada con todos los detalles y cositas que queríamos ir viendo por el camino sin dudas valió la pena.

Algunas cosas parecen triviales, pero de a poco uno se va dando cuenta en el camino las prioridades, qué cosas volver a repetir, cuáles no, cuáles hacer la próxima. Lo más importante de todo, creo yo, es no hacerse mucho drama y ponerle buena cara a los problemas. Esa fue la mejor enseñanza que nos llevamos. Con un hotel cancelado sin aviso, con un tren para el que habíamos sacado mal un pasaje, después de confundirnos con un boleto de metro y casi terminar con una multa… Las cosas pasan, y las primera veces siempre sirven de práctica para la próxima. Ningún problema carece de solución. Es cuestión de quedarse tranquilo, porque las cosas pasan, y sabemos que siempre cabe la posibilidad de que algunas salgan mal. Paciencia, teléfono en mano, consultar a los locales y, sobre todo, pensar que estamos viviendo un viaje soñado y que un pequeño contratiempo no debe, de ninguna manera, que arruinarlo. Uno puede solucionar las cosas del mismo modo que puede planificar su viaje sin problemas. Es cuestión de arrancar y darle para adelante.

¿Y vos?, ¿ya te animaste?

Actualización 08/2017: En el último tiempo publicamos algunas notas relacionadas con este tema de organizar todo por nuestra cuenta. Compartimos algunos tips para conseguir alojamiento al mejor precio, comer barato durante el viaje y para elegir el medio de transporte más económico y que mejor se adapte a nuestras necesidades. También armamos una guía con un presupuesto aproximado de gasto por día en algunas capitales de Europa, que creemos que pueden servirles para quienes están organizando su primera escapada al viejo continente.

Etiquetas: , , ,

Related Posts

Previous Post Next Post

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

16 shares