Cinque Terre desde Génova: un viaje fuera de temporada

Riomaggiore - PH: Daniela Coccorullo
Riomaggiore - PH: Daniela Coccorullo

Las playas y enero en Europa no son la mejor combinación, pero estando en Génova no podíamos dejar de ir a Cinque Terre. Habíamos visto las fotos de postal, y era difícil no querer conocer las pintorescas casitas de la costa italiana. Ya nos habíamos quedado sin poder recorrer la costa amalfitana en este viaje por una nevada casi histórica en Salerno (hacía 15 años que no nevaba), así que no íbamos a perder la oportunidad esta vez, que el clima nos acompañaba con sol y una temperatura invernal hermosa de más de 10 grados.

Cinque Terre está conformada por cinco pueblos, como lo indica su nombre: Monterosso al mare, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore, ubicadas en aproximadamente 10 kilómetros de costa. La zona es hermosa para recorrer, ya sea tanto en tren como en barco. Esta zona natural fue declarada partrimonio de la UNESCO hace ya 20 años, y sigue siendo uno de los lugares más encantadores de la Liguria.

Temprano fuimos para la estación Principe. Siempre había querido conocer estos pequeños pueblitos. Mi familia había estado hacía un año (en mayo) y había quedado absolutamente fascinada por sus playas, sus colores, sus construcciones irregulares y sus callecitas. Obviamente, fui con las expectativas altísimas. No puedo decir, aún después de meses, si me decepcionó o no.

Ojo, no me malinterpreten. Hay un tema con mis últimos viajes que quizás es para poner como tema de debate. Me gusta viajar en invierno, pero además, por cuestiones personales, no he tenido otra opción. Lógicamente, la temporada de enero es muy encantadora en algunas ciudades, pero puede llegar a ser bastante desoladora en otras. El caso de Cinque Terre, siendo una zona costera y de playa, se inclinaba más hacia el segundo grupo. Y aún así, reconociendo que había poca vida, no puedo decir que me llevé un mal recuerdo de esta tierra de cuentos. Fue más bien un paseo solitario por un lugar paradisíaco. Es algo especial también. Cuando caminás por largos túneles, por callecitas y costaneras, entre negocios y hoteles, y sólo podés escuchar el sonido de tus pasos y del mar, es bastante increíble.

Sacamos los boletos de tren con anticipación para ir hasta Riomaggiore, que fue nuestra primera parada en el recorrido. Si van en temporada baja, les diría que ni se preocupen por los boletos. Es muy sencillo sacarlos directamente en la estación, desde las máquinas que se encuentran en el andén, y hay mucha disponibilidad de horarios. Pueden ir eligiendo los pueblos que quieren recorrer. Desde Riomaggiore pueden ir a Manarola, luego a Corniglia, después Vernaza y por último Monterosso Al Mare, donde terminamos el recorrido. Este último era supuestamente el que más movimiento tenía (a nivel gastronómico, por lo menos), pero igualmente era escaso. Ahora sí, pudimos tomar fotos con tranquilidad y caminar por las callecitas de los pueblos sin que nadie nos molestara. A nuestro alrededor sólo había locales y algún turista ocasional, pero caminamos por estos lugares de ensueño prácticamente en soledad. Una experiencia diferente. Aunque nos encantó, nos gustaría volver en verano para conocer Cinque terre en todo su esplendor.

Los boletos de tren entre los pueblos nos salieron algo de 1,90 euros por tramo, lo que nos pareció muy barato para movernos. Hay otras opciones, pero en lo personal nos pareció que el tren era ideal para recorrer en esta época del año. Pueden comprarlos directamente desde la página de Trenitalia e imprimirlos en casa pero, como comentaba, no van a tener problemas para sacarlos en el momento que estén en la estación. Si quieren conocer más, o si están en algún hotel dentro de Cinque Terre, es recomendable sacar la Cinque Terre Card, que les permite utilizar los servicios del Parque Nacional. Hay dos opciones de este tipo de tarjeta: la que incluye servicios, WiFi y reducción de precio al Museo de La Spezia, que sale 7,50 euros (por adulto por día); o la que incluye además viajes ilimitados en la línea de tren Levanto – La Spezia Centrale (que les permite moverse entre todos los pueblos) por un precio de 16 euros. Esta tarjeta pueden comprarla directamente en las estaciones de trenes (están los carteles pegados en las oficinas de atención).

Aunque muchos nos habían recomendado hacer base en La Spezia, lo que tiene Génova es que es un poco más grande y hay mejor opción hotelera (sobre todo si van en temporada), y nos resultaba más fácil tomar el vuelo a París, destino que teníamos programado para después. Lo que tiene La Spezia es que es mucho más pintoresca y está bastante más cerca de los pueblos. Génova en sí no es un lugar al que volvería, por lo menos no en invierno. Estuvimos un día y pudimos ver las atracciones principales, pero la realidad es que no nos sentimos particularmente encantados por la ciudad. Es un lugar portuario, y quizás en invierno es más desolador que en otras épocas, pero pasó en nuestro itinerario sin pena ni gloria. Podemos decir sí que tuvimos la posibilidad de hacer algo de shopping en Via XX Settembre y pasamos también por la casa de Cristóbal Colón. Además acá fue donde descubrimos Eataly, una grata sorpresa gastronómica para ir comprando regalos para la familia y amigos al final de nuestro viaje (ya haremos un post al respecto). Si van en temporada, quizás sea interesante alojarse en alguno de los pueblos para tener un mejor acceso a las playas y poder aprovechar mejor la estadía en este lugar increíble. Recomiendo mucho Monterosso, que nos pareció el que tenía mejores opciones para comer y un poco más de vida (obviamente, nosotros lo vimos en invierno). Desde acá pueden chequear las opciones hoteleras de la zona, con un 10% de descuento si reservan desde nuestro perfil. Nosotros nos alojamos en Génova, en el Hotel Vittoria, un lugar correcto, sin lujos, que estuvo bien por el precio que pagamos y para la cantidad de días que nos quedábamos.

No queda duda que vamos a tener que volver a recorrer los cinco pueblos en una época que nos permita apreciarlos con más vida (y el itinerario sigue creciendo…) y, por qué no, hacer algo de playa. Sin embargo, nos vamos con un recuerdo muy especial de esta zona de Italia, que tuvimos por un día sólo para nosotros.

Les dejo algunas de las fotos que sacamos en nuestro paso por algunos de estos pueblitos:

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